miércoles, 21 de enero de 2009

El Dolor y su Contexto Histórico

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, en 1994, lo define como una experiencia sensitiva y emocional desagradable, asociada con una lesión real o potencial. El dolor es una experiencia emocional (subjetiva) y sensorial (objetiva) desagradable asociada a una lesión o expresada como si ésta existiera, siendo el síntoma más frecuente por el que consultan los pacientes a los médicos.

La participación tanto de fenómenos psicológicos (subjetivos) como físicos o biológicos (objetivos) en el dolor es variable según el tipo de dolor y la persona que lo manifiesta. La enfermedad y el dolor han estado unidos con la vida, durante la historia de la humanidad. En restos prehistóricos por ejemplo, se han encontrado signos de lesiones seguramente muy dolorosos.

Durante milenios el dolor y sus remedios se enmarcaron en una concepción mágica y mística de la enfermedad, aunque para ello se utilizaran gran cantidad de hierbas, cortezas y raíces, en una especie de farmacopea, donde lo eficaz y lo ineficaz se mezclaban bajo el aura de lo sobrenatural, de lo divino. Hasta los griegos presocráticos del siglo VI, A de C, las enfermedades y sus tratamientos no se concebían en términos naturales y racionales.

A lo largo de 20 siglos, los profesionales de la salud se han enfrentado al dolor con grandes dosis de superstición, y sólo a partir de la década de los sesentas, se ha evolucionado de manera notable del empirismo y la ineficacia al refinamiento terapéutico que se obtiene del conocimiento de la fisiopatología del dolor. Los médicos, sin embargo, tienden a definir cuándo hay dolor y su intensidad: olvidan que es individual y particularmente subjetivo, y que en su percepción influyen factores como la edad, el genero, el corte de personalidad, el estado afectivo, la experiencia previa de dolor, el contexto o significado, la cultura, entre otros factores.

El hombre primitivo creía que el dolor estaba localizado en el cuerpo y que lo causaban demonios, humores malignos o espíritus de muertos que entraban en él.
Los egipcios y mesopotámicos lo percibían como un castigo de los dioses lo ubicaban en el alma. El budismo del siglo V, A. de C, planteaba que el dolor era una frustración de los deseos y, por tanto, también lo localizaban en el alma.
Los antiguos chinos creían que era una pérdida del equilibrio del ying y el yang, que para ellos estaba en el corazón.
En Grecia, Hipócrates, Padre de la Medicina planteaba que era una perturbación del equilibrio normal del organismo, que yacía también en el corazón. Para Aristóteles quien fue el primero en plantear que el dolor era una alteración del calor vital del corazón, que a su vez estaba determinado por el cerebro, es decir, comenzó a acercarse al sistema nervioso. Herófilo y Erasístrato, entre 315 y 280 a.c., también ubicaron su origen en el cerebro. Galeno, entre 130 y 200 d.c., lo definió como una sensación originada en el cerebro.

Harvey, en 1628, descubrió la circulación sanguínea y retornó al origen del dolor en el corazón. Melzack y Wall, en 1965, describieron las vías nerviosas del dolor y establecieron la existencia del sistema nervioso central y periférico.

En lo referente al tratamiento del dolor a lo largo de la historia, se puede considerar que los hombres y mujeres primitivas creían que los entes causantes del dolor entraban por orificios, los tapaban o sacaban por ellos a los espíritus malignos.
Los sumerios, en 4000, A de ., empleaban el hulgil o planta de la alegría, como llamaban a la adormidera, que después origin la morfina.
Esta planta también se usó en niños, para que los padres pudieran dormir, entre 3000 y 1000 A de C.
En la Grecia antigua, las personas afectadas por el dolor se iban a dormir a los templos de Esculapio, dios de la medicina, donde los sacerdotes les administraban pociones, vendajes y energías místicas.
Los asirios, en el año 3000 a.c., describieron el primer procedimiento anestésico para operar, que consistía en la compresión de la carótida, que causaba el desmayo del paciente; procedimiento que no estaba exento de riesgos.
En Egipto y Mesopotamia, pronunciaban oraciones para conseguir el perdón de los dioses, pero también utilizaban hojas de mirto, que hoy se sabe contienen precursores del ácido acetilsalicílico, utilizado como analgesico hoy en dia,
Hipócrates, entre 460 y 377, A de C, empleó la corteza del sauce blanco, de donde proviene el ácido acetilsalicílico y describió la esponja soporífera, que contenía opio, beleño y mandrágora.

Los indios peruanos, entre 700 y 400 A de C, masticaban coca con alcalinos, con lo que notaron un adormecimiento de la lengua que llamaron kunka sukunka, considerándolo como un regalo de los dioses. Paracelso administra ácido sulfúrico con alcohol caliente para inducir un sueño profundo. Ambrosio Paré, 1564, utilizó el enfriamiento o congelación para poder operar. Segismundo Elsholtz inyectó la solución de opio por primera vez para producir insensibilidad.
En Inglaterra, en el siglo XVII, se realizó la primera inyección de opio endovenoso, con el cañón de una pluma de ave.
J. Hipólito Unanue, en 1794, en Lima, escribió su primer ensayo químico acerca de la planta de coca: "Sobre el cultivo y virtudes de la famosa planta del Perú llamada Coca" .
P. Syng, en 1800, Estados Unidos, describió las dosis tóxicas de alcohol para reducir fracturas, que también eran utilizadas por los dentistas.
Henry Hill, en 1823, al no soportar los gritos en las cirugías, realizó experimentos con animales, describiendo la inconsciencia que se producía al inhalar CO2.
Gothrie, Souberrain y von Liebnig, en 1831, describieron el uso del cloroformo.
En 1836 se confeccionó el primer trocar hueco para morfina y la primera aguja metálica, en Irlanda.
En 1846 se utilizaron los primeros anestésicos, NO2 y éter, en soldados, para realizar básicamente amputaciones.
En Chile, en 1848, Francisco Villanueva administr la primera anestesia con cloroformo para realizar una amputación.
En 1851, en Francia, Pravaz inventó la jeringa, que originalmente era reesterilizable. En el año 1853 se administró la primera anestesia para parto, a la reina Victoria.
En 1827, E. Merck & Company comercializó por primera vez la morfina. En 1860, Niemann aisló la cocaína y Koller la uso por primera vez en clínica, en 1884.
El año 1899, Bayer produjo la Aspirina y el diacetilo de morfina (heroína), en forma comercial. En 1904, A. Einhorn descubrió la procaína como anestésico local. Recién en 1980 se realizaron algunas cirugías específicas con anestesia en los recién nacidos, ya que antes se pensaba que no sentían dolor.

En la actualidad se dispone de un gran arsenal terapéutico para el tratamiento del dolor, incluso existen clínicas especializadas para su tratamiento, en caso de presentarlo, es necesario acudir al servicio medico y evitar siempre la automedicacion, recordando que el dolor puede ser solo un signo de alerta que requiere intervención profesional.

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